 |
Hubo Mucho Interés En Localizar Su Tumba
 |
La pirámide escalonada de Zoser en Saqqarah,
fue construida por el legendario Imhotep por orden del faraón Djoser. Se cree que esta fue la primera pirámide construida
en Egipto. |
Imhotep dominó el campo de la física y de la magia y debió conocer las propiedades de las
pirámides, entre las que se contaba la de conservar la materia orgánica en perfecto estado durante tiempo indefinido. ¿Aprendió
este secreto de alguien o lo trajo a Egipto de su país de origen? ¿Fue por aquellos tiempos que los antiguos egipcios comenzaron
a pensar en la resurrección, en el más allá y en la reencarnación?
Al faraón Djoser debió interesarle la explicación
que le dio Imhotep sobre la posibilidad de resucitar algún día. Por esta razón le prestó todo su apoyo para que construyese
una pirámide apta para momificar su cuerpo el día de su muerte. Al llegar este momento, Imhotep se ocupó de poner en condiciones
el cuerpo del faraón. Pero debió olvidar un pequeño detalle: los ladrones de tumbas, que estaban esperando el momento de introducirse
hasta el interior de la pirámide y apoderarse de los tesoros que acompañaron a Djoser en su última morada.
¿Se molestó
Imhotep en extremo al enterarse de que la pirámide había sido saqueada y se juró a sí mismo utilizar la pirámide sólo con
fines momificadores, para conducir más tarde la momia a su tumba definitiva? ¿Sabía perfectamente lo que iba a suceder y,
por esta razón, pensó en lo bueno que sería buscar para su persona un lugar inasequible, de tal manera que no fueran a localizarlo
los amantes de lo ajeno? ¿Regresó a su patria el día que sintió aproximarse la hora de su muerte?
En general, los egiptólogos
no han tomado en cuenta estas posibilidades. Pero hubo uno, el británico Walter Bryon Emery, que llegó a una conclusión después
de estudiar largo tiempo la región de Saqqarah: la llave que conduciría al conocimiento del mundo egipcio antiguo ha de encontrarse
por fuerza en esta zona. Y dentro de la zona de Saqqarah, el lugar más importante debe ser la tumba de Imhotep.
Este
arqueólogo había llegado ya al convencimiento de que la región ocultaba otro enigma más. No comprendía cómo no han aparecido
huellas de civilización en el Egipto anterior al año 5000 antes de Cristo y, de pronto, el pueblo que los historiadores consideraban
en estado aún primitivo comenzó a construir edificios, a esculpir estatuas, a fabricar piezas de arte, a utilizar la escritura,
a practicar la medicina y a demostrar que poseía increíbles conocimientos científicos. ¿Fue gracias a maestros como Toth e
Imhotep que Egipto se convirtió casi de un día para otro en un pueblo supercivilizado, que nos sigue maravillando?. No había
más remedio que hallar la tumba de Imhotep. Sólo así podría aclararse el enigma.
La Misteriosa Muerte De Dos Arqueólogos
 |
Entrada a la tumba del faraón Djoser. |
El 5 de octubre de 1964, Walter Bryon Emery inició la tarea. Suponía que, puesto que la tumba
de Imhotep no había sido hallada, podía suponer que jamás fue saqueada por los ladrones y que este hombre genial supo tomar
precauciones antes de su muerte. Sin embargo, Emery estaba convencido de que Imhotep construyó su propio mausoleo, aunque
no pensó jamás utilizarlo, y que tenía que ser diferente de la enorme pirámide escalonada construida para el faraón Djoser.
Descubrir
la tumba significaría alcanzar un completo conocimiento del antiguo Egipto. Pero ¿dónde iniciar las excavaciones, si carecía
de información? El día 10 de diciembre descubrió a diez metros de profundidad el pozo de excavación de una tumba de la dinastía
de Djoser, frente a una red de corredores que se interrumpían bruscamente. Sólo halló el inglés en aquel lugar unas momias
de ibis, el ave sagrada del Nilo. Siguió Emery buscando algún tiempo más, sin obtener resultados.
El jueves 11 de marzo
de 1971, derrotado ante tantos fracasos, víctima del desaliento más completo, Walter Bryon Emery murió en el hospital británico
de El Cairo. Algunos colegas declararon que era una víctima más de la maldición faraónica, que a nadie perdona, y relacionaron
su muerte con la del eminente arqueólogo egipcio Zakaria Ghoneim, acaecida unos años antes, quien también sintió un enorme
interés por la región de Saqqarah.
Había iniciado el profesor Ghoneim la exploración de una pirámide cercana a la de
Djoser, que no terminó de construirse, por causas que se ignoran. Los arqueólogos habían buscado sin éxito la entrada a esta
pirámide, hasta que apareció Ghoneim y dio con ella. Pero no se debió a la suerte, sino gracias a unos cálculos realizados
con base en la estructura de la pirámide principal.
Los trabajos fueron arduos. Dos veces tropezaron los obreros con
barreras macizas infranqueables y se produjeron hundimientos. Finalmente, el arqueólogo y sus colaboradores llegaron a una
cámara funeraria situada a unos cuarenta metros bajo el nivel del suelo. Y dieron comienzo al instante los misterios.
En
el centro de la cámara vieron un sarcófago de mármol cerrado herméticamente. Estaba intacto. Ningún ladrón de tumbas lo había
abierto. Pero al levantar la tapa, Ghoneim recibió la gran sorpresa: no apareció ninguna momia en el interior del sarcófago.
La presencia de las joyas, además de los sellos inviolados, descartaban la posibilidad de cualquier robo. ¿Estuvo el sarcófago
vacío desde siempre, para engañar a los posibles profanadores? ¿Sirvió de morada ocasional al huésped, que sería trasladado
a otro lugar más seguro, una vez momificados sus restos mortales ?
El profesor Ghoneim supuso entonces que existía
otra cámara sepulcral en esta pirámide. Todo obligaba a creer en ella, igual que Herodoto estaba convencido de que la Gran
Pirámide ocultaba una cámara subterránea, rodeada por las aguas del Nilo, donde se conservaba perfectamente la momia del faraón
que la mandó construir.
El arqueólogo egipcio descubrió finalmente otra entrada y penetró por ella, dispuesto a dar
con la cámara secreta. Todo parecía indicar que no tardaría en alcanzarla y descubrir así el secreto de la pirámide. Pero
jamás se pudieron cumplir sus deseos.
Se produjo por aquellos días la crisis de Suez, cuando Egipto nacionalizó el
Canal y el país pasó por momentos muy difíciles. Se suspendieron los trabajos en Saqqarah y, cuando algún tiempo después fueron
las autoridades en busca del profesor Zakaria Ghoneim, ya no pertenecía a este mundo. Había comenzado a sufrir pesadillas
y fuertes ataques de nervios, a raíz de sus trabajos en la zona de Saqqarah, y terminó quitándose la vida en 1959.
¿Qué Técnica Se Utilizó Para Construir Las Pirámides?
 |
Hoy en día no hay empresa constructora, que
pudiera igualar la hazaña conseguida por los antiguos egipcios en la construcción de las pirámides. Algunos han intentado
construir una réplica a escala, siete veces más pequeña, de la Gran Pirámide de Keops, siendo un fracaso dicho intento. |
Poco después de convertirse en presidente de la República Árabe Unida -nombre con que se
conoce en la actualidad a Egipto-, Gamal Abdel Nasser ordenó trasladar hasta un jardín público de la capital egipcia cierta
estatua de veinticuatro metros perdida en el desierto. Trabajaron varias brigadas de obreros al mando de un grupo de ingenieros,
que tuvieron a su disposición grúas, bulldozers y tractores. Lucharon durante algunas semanas para llevar a cabo el traslado
de la estatua y al final se declararon vencidos. No pudieron mover la gigantesca mole de piedra. Se preguntaron entonces cómo
hicieron los antiguos egipcios para transportar las enormes moles que integrarían las pirámides en general y, en especial,
en el caso de la mayor de todas: la de Keops.
Se ha calculado que en la construcción de la Gran Pirámide tuvieron que
mover y acomodar los antiguos egipcios no menos de dos millones y medio de bloques de piedra, cuyo peso medio era de cinco
toneladas. Si en nuestros días se confiase a un equipo de primera, provisto de la mejor maquinaria y recursos ilimitados la
construcción de la Gran Pirámide, lo pensarían mucho antes de lanzarse a tan disparatada aventura. Pero si en lugar de elementos
técnicos avanzados se les concediese cinceles de bronce, palancas, rodillos y cuerda de fibra de palmera como se asegura utilizaron
quienes levantaron el monumento, lo más seguro es que abordarían el primer avión y se alejarían hasta el último rincón del
mundo, seguros de que iban a perder todo su prestigio en la empresa.
Los periódicos del 7 de febrero de 1978 informaron al mundo acerca de un proyecto que comenzaba
a realizar en Egipto, a corta distancia de la Gran Pirámide, un grupo de arqueólogos de la Universidad Wasseda, de Japón.
Quería construir en un par de meses una pirámide siete veces más pequeña que la de Keops. Mandaron hacer bloques de hormigón
en una fábrica local, que fueron transportados en camiones hasta el sitio, se tallaron bloques de piedra a mano, utilizaron
los técnicos indumentaria semejante a la egipcia antigua y pensaron que iban a triunfar sobre los egipcios.
¿Por qué
se suspendieron de pronto las obras? ¿Era porque las autoridades de El Cairo no deseaban contemplar aquel adefesio made in
Japan, que causaría daños irreparables al severo paisaje desértico? ¿Era porque los técnicos venidos del Japón se dieron cuenta
de que no podrían con el paquete y buscaron la manera de buscar una salida honrosa al problema en que se metieron?
Una Empresa De Muy Difícil Solución
 |
En la actualidad aún
no se sabe qué técnicas o métodos utilizaron los constructores de las pirámides y monumentos egipcios para transportar los
bloques de piedras, y posteriormente poder levantarlos hasta su posición. |
El astrónomo Gerald S. Hawkins -quien llegó hace unos años a la conclusión de que el templo
de piedra de Stonehenge, en la llanura inglesa de Salisbury, fue en realidad un observatorio astronómico- decía que su construcción
debió requerir de un millón y medio de hombres-día de trabajo. Esto significaba una labor de diez generaciones, es decir,
de tres siglos. Diez generaciones de seres primitivos que se preguntarían para qué estaban levantando un monumento que, a
su corto entender, no servía para nada.
Pero resulta que la Gran Pirámide es varias veces mayor que el observatorio
astronómico de Stonehenge. ¿Cómo hicieron los egipcios para erigir su pirámide número uno? ¿Estaban sus finanzas en condiciones
como para invertir sumas incalculables en la construcción del edificio? Ningún estado en la actualidad se atrevería a realizar
un gasto tan cuantioso, utilizando un ejército integrado por un cuarto de millón de obreros y tanta piedra como para levantar
un muro de metro y medio de altura en torno a Francia, como afirmaría Napoleón Bonaparte al encontrarse ante el colosal edificio.
¿Podemos pensar que la pirámide fue construida por un pueblo subdesarrollado, sin ningún sentido de lo que estaba haciendo?
Algunos
autores opinan que la Gran Pirámide se construyó en una época del año en que los campesinos no trabajaban, para tenerlos ocupados
el faraón. Así, el Dr. Kurt Mendelssohn, profesor de la Universidad de Oxford, emitiría en mayo de 1971 una opinión muy particular.
El faraón había dispuesto un programa de asistencia social, concebido para regularizar la distribución del trabajo por medio
de la construcción escalonada de pirámides. Según este erudito, jamás trabajaron esclavos ni prisioneros en la pirámide, sino
que los trabajadores cobraban por su labor durante el tiempo que no dedicaban a las faenas del campo y que recibían un sueldo
consistente en granos de trigo y otros alimentos.
¿Estaba el Dr. Mendelssohn en lo cierto? No parecen muy convincentes
sus razonamientos y, de igual manera, tampoco conoce el hombre contemporáneo qué motivos pudieron tener los antiguos egipcios
para levantar las pirámides. Es tan vanidoso, tan seguro de su superior inteligencia, que no se le ocurre pensar que tal vez
tuvieron razones muy poderosas, que sólo ellos conocían.
¿Qué reacción sería la de un ser venido de otra galaxia, perteneciente
a una avanzadísima civilización, al encontrarse ante una gigantesca presa que alimentase a una planta hidroeléctrica? ¿Acaso
no estaría en su derecho al considerar la construcción loca ostentación del gobernante que mandó crear la obra de ingeniería?
Sin embargo, nosotros sabemos que las plantas y los embalses constituyen uno de los elementos más importantes de la civilización
que conocemos.
Mover Los Bloques, Tarea De Titanes
Los libros de historia y los textos escolares no parecen conceder demasiada importancia a
la técnica utilizada en la construcción de la Gran Pirámide. Dicen que tardaron unos veinte años en terminarla los egipcios
y que sirvió de tumba al faraón Keops. Pero dan la impresión de facilitar su información un poco a la ligera, sin detenerse
a establecer comparaciones, a investigar si de verdad ese número de años fue suficiente para realizar la magna tarea.
 |
¿Movieron los constructores del la Gran Pirámide
los bloque de piedra como muestra esta inscripción de la XII Dinastía, o conocían una técnica mucho más perfecta? |
Parecen olvidar algo que sucedió en 1964 en la ciudad de México, en ocasión de inaugurarse
el Museo de Antropología e Historia. Iba a erigirse en su entrada la monumental estatua de Tláloc, la divinidad de las aguas,
pero era preciso transportarla desde una barranca cercana a San Miguel Coatlinchan. La operación de traslado de la mole, a
lo largo de cuarenta y ocho kilómetros, iba a resultar más complicada de lo que en principio se pensó.
Hubo que recurrir
a un vehículo provisto de treinta y dos poderosas ruedas armadas de gruesos neumáticos, sobre el cual se acomodaría al dios.
Se cortaron los cables de energía eléctrica, se acondicionaron los caminos, se detuvo el tránsito en los puntos por donde
debía circular el convoy. Las poblaciones entre Coatlinchan y México estuvieron pendientes de la operación. Resultó una tarea
fatigosa en extremo y, sin embargo, el bloque era menos pesado que cualquiera de las piedras de la Gran Pirámide.
Pues
bien, si el simple acarreo de una mole de piedra como es el Tláloc causó tantos problemas y hubo que echar mano de tantos
obreros y de tantos técnicos durante tantos días, ¿qué decir si los bloques de piedra pasaban de los dos millones y medio?
¿Cuánto tiempo se requirió en el antiguo Egipto para trasladar los bloques desde la cantera hasta la meseta rocosa de Gizeh,
cortarlos y acomodarlos en su sitio, formando pisos de tal manera exacta que no hubiese lugar para introducir entre dos piedras
un cabello? |