"Los problemas de erección pueden tener origen coronario"Fuente: Noticias.com
Emil Domec
Actualizada: 07/02/2006
A principios del siglo XX, y por más de cien años después, el psicoanálisis abrió las
puertas del estudio de la sexualidad humana..Pero más allá del aspecto psicológico, social y cultural de la sexualidad, la
ciencia viene estudiando el complejo mecanismo biológico que se pone en juego en el momento de la pasión. Y aunque todavía
no esté completamente descifrada, la química del sexo tiene mucho para decir sobre los beneficios que una vida sexual satisfactoria
puede reportar a la salud en general por lo cuál debe atenderse primordialmente en conservar la salud cardíaca.
Los problemas de erección pueden ser uno de los primeros indicios de enfermedades coronarias
en desarrollo, según un estudio que se divulgará la próximamente en la publicación "Journal of the American College
of Cardiology".
Más allá del plano psicológico, la actividad sexual hace un importante aporte a la salud
física y mental. "La actividad
sexual levanta la autoestima, estimula la creatividad, promueve el autoconocimiento y revitaliza", enumera la psicóloga Gloria
Fernández, presidenta de la Asociación Multidisciplinaria para la Salud y la Sexualidad. Ya en el proceso de seducción
y deseo comienzan a jugar un papel importante las hormonas. En las mujeres, los estrógenos, generados por los ovarios en la
vida fértil. "Estas hormonas sexuales preservan la atracción femenina, mantienen las características del cabello y la piel
y reducen el apetito", explica el doctor Alberto Nagelberg, médico endocrinólogo y sexólogo del Hospital Durand.
"La
hormona sexual masculina por excelencia es la testosterona —agrega—. Mantiene activa la libido, la fuerza muscular,
la erección y la producción seminal, y también disminuye la grasa abdominal". Ambas hormonas, además, tienen reconocidas propiedades
antidepresivas y pueden mejorar el humor y disminuir tanto la irritabilidad como la angustia.
En plena "intimidad",
la revolución química aporta estabilidad psicofísica a la causa de la salud. El psiquiatra y sexólogo Adrián Sapetti,
presidente de la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana, detalla: "En los amores placenteros, ovarios, testículos y
corteza suprarrenal liberarían mayores cantidades de una hormona llamada de-hidro-epi-androesterona (DHEA), que promueve la
energía sexual. Paralelamente, se está estudiando si la DHEA podría tener un efecto antienvejecimiento". Otra sustancia
que entra en escena antes del estallido del clímax es el óxido nítrico. "Es una sustancia vasodilatadora que permite la erección
en ellos y la lubricación en ellas. Además, al dilatar también otras arterias, mejora la circulación", cuenta el doctor Sapetti.
Oxitocina: hormona producida por el hipotálamo,
en el cerebro. Produce la contracción del útero en el parto y, también, en el orgasmo. En los hombres, facilita la movilidad
de los espermatozoides. "Y en ambos sexos —explica Sapetti— es la responsable de gran parte de la vía por donde
transcurre el placer sexual". Tanto que ya se están estudiando sus posibles aplicaciones farmacológicas para mejorar el placer
sexual femenino.
Endorfinas: neurotransmisor con propiedades sedantes y analgésicas. "Algo así como una morfina
interna", grafica Kusnetzoff. "Hay estudios que indican que las endorfinas pueden elevar el umbral de dolor, combatir el estrés
y aliviar ciertas dolencias crónicas como la lumbalgia", revela Nalgelberg. Además del sexo, la risa y el deporte son otras
de las actividades que ayudan a liberar endorfinas.
Prolactina: hormona sexual que interviene en la lactancia
y el ciclo sexual femenino. "En los hombres —cuenta Nagelberg— se observan picos de esta sustancia que podrían
generar la sensación de saciedad sexual."
Cuando pasó lo mejor, los neurotransmisores (dopamina, serotonina y noradrenalina)
decretan el toque de queda y la paz vuelve al cuerpo. "Por eso el sexo tiene, también, una función reguladora del sueño",
observa el doctor Sapetti. Y aunque este bienestar suele estar asociado con una mejora en la salud, el doctor Juan Carlos
Kusnetzoff advierte: "El sexo hace bien, no hay dudas, pero a no confundirse: es la buena salud la que permite el buen sexo,
y no al revés. Ningún problema, físico o psicológico, se soluciona en la cama".
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"Las disfunciones eréctiles representan la punta del iceberg en un trastorno vascular, lo cual precede a problemas
cardiovasculares graves", dijo Emilio Chiurlia, de la Universidad de Modena y Reggio Emilia, en Módena (Italia).
Esos trastornos constituyen en general la ateroesclerosis, que es la forma más común de la arterioesclerosis,
o endurecimiento de las arterias, debido al depósito de materia lipoide, colesterol y lipófagos.
El facultativo indicó que los hombres aquejados por este problema deben ser considerados candidatos a enfermedades
coronarias y arteriales y deberían someterse a un tratamiento.
La conclusión sobre la relación entre los problemas de erección y los trastornos coronarios y arteriales
fue extraída de un estudio hecho a 70 hombres con esas dificultades y a 73 que no las tenían.
La investigación evidenció que quienes sufrían problemas de erección tenían mayores niveles de la proteína
C-reactiva, que es un factor de riesgo en las enfermedades coronarias.
Además, manifestaban una reacción vascular anormal a los cambios en el flujo de la sangre así como calcificaciones
arteriales.
"Cuando a un hombre se le diagnostica una disfunción eréctil, los médicos deberán estar conscientes de que
el problema representa una primera manifestación clínica de enfermedades coronarias y vasculares que necesitan investigarse",
dijo Chiurlia.
No debe olvidarse que el relax favorece la producción de endorfina que se libera antes y durante el orgasmo
que ayudan a combatir el stress y otros dolores crónicos.
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En el diván de Freud
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Mitos y verdades sobre la sexualidad masculina
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Si todo lo relacionado con la sexualidad humana se encuentra rodeado de una gran cantidad de mitos y creencias,
lo que atañe al desempeño masculino más aún. Particularmente la cultura occidental cuenta con una serie de mitos y creencias
con respecto a la sexualidad que están instalados en la mente de muchas personas y que generan miedos, dificultades y trabas
en lugar de contribuir a una vida sexual rica y placentera.
El rendimiento es lo único que vale en el sexo
En
el lenguaje cotidiano esto equivale a la cantidad de orgasmos, o el "tiempo efectivo" que dura la penetración. Según los
profesionales, esta tendencia lo único que logra es anular la riqueza inherente a la sexualidad, que consiste precisamente
en el disfrute del momento, de las experiencias y sensaciones, independientemente del final. El sexo (como la vida) es un
viaje y no un destino.
Un verdadero hombre no muestra sus emociones
Asegurar y creer esto sería como cercenar
una de las áreas más importantes que conforman al ser humano. Conectarse con las emociones no implica perder fortaleza,
sino que justamente el verdadero poder reside en manifestar quiénes somos en realidad y actuar en consecuencia de nuestros
sentimientos. Es más, las mujeres suelen decir que un hombre resulta más masculinamente atractivo cuando puede expresar
sus emociones, confiando en que será contenido por su compañera.
Lo más importante en una relación es el sexo Si
bien la sexualidad es un aspecto muy importante en toda relación de pareja, no es el único. Muy por el contrario de lo
que se cree, un vínculo de pareja no se sustenta únicamente sobre la sexualidad si no existen otros componentes muy importantes
como el compromiso o la intimidad, es muy posible que la relación no pueda sostenerse. Así, el sexo es, como las otras
áreas, un espacio donde se manifiestan tanto las fortalezas como las debilidades de una relación, por lo que hay que prestarle
mucha atención, pero sin descuidar otros aspectos indispensables como la comunicación, el cuidado y la responsabilidad tanto
por sí mismo/a como por el/la otro/a.
Siempre listo La creencia de que un hombre siempre tiene que estar dispuesto
a tener una relación sexual proviene de la asociación que culturalmente se hace acerca de que el varón debe ser y estar siempre
sexualmente activo. Y en realidad, lo que ocurre es que tanto hombres como mujeres a veces tienen ganas de tener sexo,
y otras veces no. Por lo que el hecho de que un hombre en algún momento decida que no quiere tener sexo forma parte de
su derecho a decidir.
El varón debe llevar y conducir
Es otra de las creencias que también tiene sus raíces
en la cultura y su presunto asiento en la biología (en la que los machos, activos, conquistan y "hacen" mientras que las hembras,
pasivas, se dejan seducir y "reciben"). Cuando en la práctica, los roles son perfectamente intercambiables y es muy placentero
a veces llevar y otras dejarse llevar, y algunas veces tomar la iniciativa y otras estar atentos a las propuestas de la pareja./enplenitud.com
fuente |
http://www.la-epoca.com/verporseccion.php?CIDSUPLEMENTO=1&CIDARTICULO=6926
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¿Qué es eso llamado sexualidad? |
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Por: Camilo Ernesto Ramírez Garza, Miércoles, 22 de Febrero de 2006 |
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La sexualidad, para algunos, comprende exclusivamente los cambios producidos
a nivel fisiológico y anatómico, durante la pubertad: maduración de las glándulas sexuales (ovarios y espermatozoides); los
caracteres sexuales secundarios en el hombre y en la mujer (maduración de los genitales; crecimiento de bello púvico y facial;
cambios en la voz; acumulación de grasa en caderas y busto, etc. En ese sentido, la sexualidad sería algo que aparece durante
la adolescencia, por lo tanto ausente durante la infancia; con el objetivo de preparar al organismo para la reproducción,
o sea, la conservación de la especie.
Tal resumen es lamentablemente la única, -cuando no exclusiva- concepción de lo que la sexualidad es y ¡debe ser! Y más
lamentablemente aún, la única que se imparte en planteles educativos, y ni hablar de lo que se dice en casa.
Llamémosle a tal explicación, fisiológica-maduracional. Compartida en cierta medida con otros animales, al igual que la
secuencia biológica que intenta definir la vida humana como nacer, madurar, reproducirse y morir.
Cuando la experiencia más simple, muestra las paradojas de la existencia humana, de su resistencia a reducirse a solo organismos
nacientes, que errantes en su paso por la maduración y la reproducción, cumplen su ciclo al morir.
¡Si la vida es más que eso, es porque la sexualidad es más que ovarios maduros y espermatozoides listos para fecundar!
¿Dónde quedan los avatares del amor y el deseo?
Tal explicación fisiológica-maduracional de la sexualidad es la concepción más científica y académica; la de los libros
de texto de primaria; pero, no es la que conflictúa -y da sabor a la vida- de niños, jóvenes, adultos y adultos mayores.
Ciertamente es una parte fundamental de la salud - ¡Eso, ni negarlo!- al que se dedican profesionales de áreas ginecológicas
y andrológicas; atendiendo las problemáticas y enfermedades derivadas del cuerpo, en cuanto solo organismo.
Pero ¿Son tales procesos la sexualidad?... Sí, en el sentido más biológico, ¡No! en el aspecto más humano.
¿Cómo es eso? Nuestro organismo posee funciones fisiológicas realizadas a través de su anatomía.
Pero la existencia humana -recordemos- es un producto cultural (histórico-social) tocado por el lenguaje, y por lo tanto
subjetiva.
Por ello, el humano se ve en la necesidad de construir su sexualidad. Razón por la cual no puede explicarse exclusivamente
en términos de glándulas y conservación de la especie.
Esa es la diferencia radical entre la sexualidad de los animales y la del humano: no ser solamente genital y reproductiva,
sino más amplia y variada.
Al nacer -al igual que el resto de los animales- poseemos conductas instintivas
reflejas que nos permiten sobrevivir, alimentarnos: succión, deglución, prensión, etc. A la necesidad de alimento, corresponde
un objeto adecuado: leche, papilla, comida sólida, etc. Al tiempo en que nos alimentamos -proveyendo de energía a nuestro
cuerpo, manteniendo sus funciones en equilibrio (homeostasis)- también experimentamos placer: tranquilidad, protección y cuidados.
Tal placer nos lleva a repetir la experiencia una y otra vez, incluso en ausencia de hambre y comida (necesidad), sea con
el dedo u otra parte del cuerpo; un juguete, imaginando; fumando, tomando; comiendo mucho o comiendo nada; besando... De esa
forma, la necesidad de comida se suple, dando prioridad a la experiencia de placer.
El hambre del humano, aunque necesidad, no se satisface con cualquier cosa ¡No se nos antoja comer cualquier cosa! Como
no se nos antoja cualquier persona o cualquier práctica sexual por compatibilidad anatómica, "porque embonen las piezas".
Mientras que anatómicamente (en realidad, moral y religiosamente) se argumente que a un hombre le corresponde una mujer
y viceversa; la realidad del deseo sexual, es que éste puede expresarse en la elección de alguien del mismo genero; disfrutar
de otras vías exclusivamente genitales y reproductivas: viendo, tocando, oliendo, besando... tomándose a sí mismo(a) como
un objeto sexual (autoerotismo) Sin que ello sea una anormalidad.
Claro que lo más sencillo -moral y religiosamente- es adjudicar dichas prácticas a "enfermedades mentales" o "degeneración"
y pensar que no son parte de las practicas sexuales de las parejas "normales".
Por ello, el psicoanálisis no titubea al mostrar con claridad, que la Sexualidad humana es amplia: más allá de lo genital
reproductivo; más allá del cuerpo anatómico y sus funciones.
Comprendiendo la totalidad de experiencias de placer, presentes durante toda la vida.
"Lo genital es ciertamente sexual, pero no todo lo sexual es exclusivamente genital"-tal es la conceptualización de la
sexualidad en psicoanálisis.
Se han borrado las fronteras entre la llamada sexualidad normal y anormal. Dónde el cuerpo humano es un cuerpo erógeno,
que experimenta placer -incluso mayor- por toda la piel, con las caricias, el dolor, la mirada, los aromas, los juegos...
¡Lo erótico!
camilormz@gmail.com |
fuente:
http://www.elporvenir.com.mx/notas.asp?nota_id=53330 |
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