Para reflexionar...(09-10/10/06) Herramienta Para Una Gran
Conquista
"Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible" (Marcos 9:23).
El fracaso nunca
es agradable. Ciertamente nadie gusta perder una colocación, ver una relación caer o fallar en una prueba. Pero el chasco
momentáneo sentida por ocasión de una derrota puede ser transformada en regocijo de victoria si tomemos en actitud cierta.
Thomas Edison estaba ocupado trabajando en su laboratorio a las 2 horas de la madrugada cuando un asistente entró en
el local y notó que el inventor estaba bastante sonriente. "¿Resolvió el problema?" preguntó él. "No," contestó Edison
, "aquella tentativa no funcionó mismo. Ahora yo puedo comenzar de nuevo." Edison podía tener una actitud tan confiante
porque sabía que el camino para el éxito está frecuentemente adoquinado con chascos que sirven para ampliar la carretera
-- no bloquearla. Cada fracaso lo traía para más cerca del éxito.
Nuestra vida es constituida de grandes desafíos.
Tenemos que saber enfrentarlos y estar listos para no desalentar delante de posibles insucessos en la busca de nuestras
conquistas. La perseverancia es una herramienta que debemos cargar en el bolsillo y jamás olvidarla en lugar alguno.
A
veces nos defrontamos con situaciones que parecen indicar el fin del camino. La tristeza por el éxito una vez más no logrado
sugiere que debemos desistir. La secuencia de insucessos no deja dudas de que el mejor a hacer es arrumbar el sueño
anhelado y conformarnos con la derrota.
Sin embargo, la persona que tiene Cristo en el corazón sabe, al iniciar
el camino en busca de su sueño, que "todo es posible a lo que cree" y que,mesmo que las sombras de la incertidumbre
a envuelvan, con fe y perseverancia podrá ver el sol de las bendiciones de Dios brillar alumbrando el camino hasta su
victoria.
Si usted ya vio caer por tierra, varias veces, su sueño de felicidad, no desista. Comience de nuevo cuántas
veces son necesarias. ¡Usted vencerá!
Paulo Barbosa
Para reflexionar...(24/02-01/03/06) ¿Apariencia o Autenticidad?
"pero el que guarda su palabra, en éste
verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccioBado; por esto sabemos que estamos
en él. El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo" (1 Juan 2:5, 6).
Un cazador, no muy
animoso, estaba buscando por los rastros de un león. Encontrando un hombre que derribaba árboles en la
floresta, le preguntó se había visto las pisadas del león o se sabía donde se localizaba su cubil. "Sí, yo sé,"
dijo el hombre, "venga conmigo y yo le mostraré exactamente donde él se encuentra." El cazador,
quedándose completamente pálido y temblando de miedo, contestó: "No, gracias. No fue eso que yo le
pregunté. Estoy buscando apenas por las rastros y no por el león."
Existen muchos
cristianos que están más interesados en seguir los caminos de Jesus de lo
que al propio Señor. Actuando así, ellos jamás llegarán a experimentar
las bendiciones de se tornen cristianos maduros.
Enganamonos cuando juzgamos que basta, para nosotros,
la apariencia de un cristiano. Creemos que una vida artificial, donde nos reconocen apenas por la camiseta que vestimos
o el broche que prendemos a la gola de la blusa y hasta la Biblia que agarramos en la mano es suficiente
para recibir el cartón de "hijos de Dios."
Las personas que de nosotros se aproximan
hasta podrán pensar que las huellas dejadas en el camino son de un cristiano
auténtico, pero buscarán y no encontrarán el Cristo que decimos representar. El máximo
que encontrarán es el chasco de un rastro que parece pero nada tiene a ver con el Señor de la gloria.
El
cristiano verdadero busca vivir como Cristo vivió, prestar testimonio una transformación
acontecida por ocasión de una experiencia personal y marcante y ser una
luz irradiando la presencia de Cristo en su corazón.
¿Qué las personas encuentran en usted. Rastros que no llevan a
lugar ninguno o el Cristo de amor, vivo y verdadero?